Tal y como dije en mi entrada anterior, según alguna gente, ayer comenzaba el juicio final (más o menos hacia las seis de la tarde). Como ya sabía que no me iba a salvar, decidí morir tal y cómo he vivido, en una cafetería tomando algo rico y haciendo dibujos en mi libreta. Me acerqué a la Philadelphia Java Company, de la que ya he hablado (y desde la que he hablado) en mi cuenta de Twitter. Allí ya estaban preparados para el evento apocalíptico, tal y como se puede ver en la pizarra que tenían en la puerta:
Total, que me senté en la terracita a tomarme un ice capuccino y a dibujar algunas de las cosas que vi por allí:
De forma sorprendente, parece ser que el Día del Juicio no ha llegado. Tendríamos que haber notado terremotos y otros cataclismos, precedido todo ello por El Rapto, donde los buenos y justos, los elegidos de Dios, ascienden a los cielos y así se salvan de los horrores del Apocalipsis. Pues al final no ha ascendido nadie. ¡Yo que esperaba que todos esos cristianos ascendieran de una vez y nos dejaran en paz!
1 comentario:
Está claro, Jordi, viendo lo que retratas, que a ti no te iban a ascender...
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