Como uno no puede estar parado, en estos momentos estoy terminando una serie de folletos de seguridad para las empresas que trabajan en el puerto de Valencia. Son dibujos sencillos y tirando a simpáticos de las cosas que se deben y no se deben hacer manejando estas tremendas máquinas que mueven contenedores de 50 toneladas como si fueran paquetes de pañuelos de papel.
9 comentarios:
Pues sí, trabajillos de esos son los que le hacen a uno tirar pa`lante.
Pon más.
siempre hay que prostituirse un poco en esto del arte.
Jo... ¡Ya estamos! ¿Qué tiene de prostitución currar por pasta? ¡Es lo que hacemos todos, ¿no?! Y encima un catálogo de medidas de seguridad para las empresas, ni que estuviese dibujando el Manual del Buen Hacer de las Juventudes Hitlerianas...
Yo prefiero llamarlos "trabajos mercenarios", aunque en mi juventud ya tuve algún que otro encargo cercano a la prostitución artística (y me sentí sucia y todo). A ver si llega el día en que sólo con los comics tenga para vivir y no tendré que recurrir a estas cosas que, no dejan de tener su punto vivertido (con este encargo, por ejemplo, me he llevado gratis un par de visitas guiadas muy interesantes al puerto), pero tampoco es que sea lo que más me gusta hacer.
¿hay uno de esos de manejar maquinaria pesada bajo el efecto de medicamentos?
Medicamentos, alcohol, drogas y de todo. Se ve que estos estibadores a veces se ponen tibios...
Estoy con Teri. Esto no tiene nada que ver con prostituirse. Es solo otra parte del trabajo, y de las más honradas por cierto.
Por lo menos en esto no hay tanto cuento como en los cómics.
Pues eso: un trabajo artesanal y honrado, y que tire la primera piedra quien no lo haya hecho nunca.
A mí lo que me asombra de todo esto es el funcionamiento de la mente de Teri... "El Manual de Buen Hacer de las Juventudes Hitlerianas"... ¿Estas cosas te vienen a la cabeza así, ¡chas!, y sin esfuerzo alguno?
Es que no todo en una profesión tiene por qué ser el culmen de la creatividad. Hay otros trabajillos con los que llenar huecos y completar la economía, digo yo. Ya quisieran muchos.
Publicar un comentario