Desde hace tiempo que todos los implicados en la creación de comics en este país nos devanamos los sesos pensando en cuál puede ser el futuro de nuestro medio. En cuál es la mejor opción para hacer que todo esto crezca y se convierta en un negocio del que podamos vivir.
Hay muchas opciones e ideas: que si la novela gráfica, que si internet, que si las tablets... Cualquiera puede ser la acertada. O todas. Pero lo cierto es que estas vías están fundamentalmente dirigidas a público adulto que de un modo u otro ya consume comics. La opción de la novela gráfica, por ejemplo, es muy atractiva, es un formato muy bonito, como autor da mucho prestigio, sales en los suplementos culturales de los periódicos y puedes gritar a los cuatro vientos que eres ARTISTA (así, en mayúsculas). Pero no nos engañemos, no crea tanta costumbre de lectura como se dice, es pan para hoy y hambre para mañana. Los lectores que compran novelas gráficas hoy son estupendos, pero a nosotros como profesionales del cómic nos interesa vivir de esto durante años.
Como bien hay dicho mi amigo y colega Iván Sarnago en repetidas ocasiones, tenemos que preocuparnos (y mucho) de crear futuros lectores que, el día de mañana, compren y consuman comics, porque de ellos depende que sigamos en este negocio. Actualmente hay muy buenas opciones de publicaciones para chavales, pero no tantas como deberías (o, al menos, no se les da la importancia que merecen). La publicación de comics infantiles tiene una doble dificultad: por un lado, tienes que crear un producto que atraiga y guste a los niños, pero que también pase el filtro de los padres (que, muy de vez en cuando, se preocupan de verdad de lo que consumen sus hijos). No es fácil, pero sí muy gratificante.
Por estas razones (y por muchas otras) me he lanzado a sacar adelante este proyecto de comics educativos, del cual Darwin, la evolución de la teoría, es el buque insignia. Porque hay que crear comics infantiles, porque los comics pueden ser divertidos y educativos al mismo tiempo, porque hay que hacer ver a la sociedad en general que los comics son un excelente vehículo para que los niños se habitúen a leer. Y, porqué no decirlo, por puro egoísmo. Porque los niños que empiezan a leer hoy son los posibles clientes de mañana. Y eso no hay que olvidarlo.
Puedes hacer tu aportación a al proyecto de Darwin, la evolución de la teoría, en este enlace.
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